miércoles, 9 de septiembre de 2015

Dejar de ser profesor y convertirse en maestro del nuevo milenio



Idioma Nacional S, Matemáticas S, Lugar Natal S, Ciencias Naturales S, Música MB, Trabajo Manual MB, Gimnasia MB, Disciplina S.  Así eran las libretas de calificaciones cuando estaba en la escuela entre 1971 y 1976.  En el colegio cambiaron los nombres de las materias y ahora me calificaban con números en una escala del 1 al 20, así fue de 1977 a 1982 ningún cambio de fondo, solo de forma.  Esta fue la época dorada de los colegios fisco-misionales, sus estudiantes se destacaban en el área académica, deportiva, y social, su formación intelectual, personal y espiritual era reconocida por todos.  Colegios como San José La Salle, Javier, Cristóbal Colón, Espíritu Santo, María Auxiliadora, Santo Domingo de Guzmán, Sagrados Corazones, La Asunción y Las Mercedarias contaban con los mejores profesores, maestros y formadores.

El neo-liberalismo llegó a la educación, el estado ha concesionado este derecho de los ecuatorianos y ha abandonado por completo al sistema de educación pública, no se crean nuevas escuelas o colegios fiscales y los existentes se deterioran cada vez más en el abandono.  Por el contrario cada año aparecen nuevos jardines de infantes, escuelas y colegios particulares, unos con la infraestructura adecuada y con una verdadera vocación por brindar una buena formación y otros con el solo deseo de entrar en el mercado de bienes y servicios ofertando una mercadería más.  Las especializaciones del bachillerato pasaron de: Físico-Matemático, Químico-Biólogo, Sociales, Secretariado, Contable, Normalistas  y Técnicos a una cantidad con tendencia a aumentar cada año, limitado solo por la imaginación de los dueños de los centros educativos y el interés de atraer estudiantes convenciendo a los padres con llamativas especializaciones, bachiller en Comunicación, en Informática, en Administración, en Empresariales, en Comercio, en Ingeniería, en Humanísticas, en Ciencias Exactas.  Si luego los estudiantes tenían problemas en la universidad porque solo podían escoger carreras afines a su especialización ya no era problema de los rectores.  La novelería no terminaba allí, en los colegios experimentales el requisito era innovar y que paso, que unos colegios trabajaban en trimestres y otros en cuatrimestres, unos calificaban sobre 10, otros sobre 20 y otros más avanzados sobre 100.  Era innovar por innovar, ningún colegio experimental ha contribuido con un cambio importante al sistema educativo nacional, la novelería de vistió de gala y los masters en educación sus coreógrafos.  Cuando alguien se cambiaba de colegio traía una libreta en la cual la mitad de las materias no se daban en la nueva institución y le faltaban dos o tres que si se daban, pero igual lo acomodaban en alguna especialización.

Los centros educativos estatales se nutren de los colegios normalistas y de graduados de las Universidades Públicas de las facultades de Filosofía y Letras donde se mezclaban los que sentían una verdadera vocación y amor por la enseñanza con los peleados a muerte con la Matemática y la Física, los repelentes a la Química y la Biología, los carentes de la memoria para la Literatura y las Leyes, todos ellos atraídos por un empleo donde se trabajan seis horas diarias durante nueve meses, de los cuales por lo menos uno se pasa en paros y al final se disfruta de tres meses de vacaciones.  Los centros privados de mejor nivel pagan más y buscan profesionales en ejercicio de su profesión, los ingenieros dan física y matemáticas, los doctores biología, los químicos dan química, los abogados dan literatura, historia y geografía, a finales de los 80 hicieron su debut los informáticos, para enseñar computación.  En la zona rural la historia es distinta, sería auto engañarnos decir que el sistema educativo público se hizo presente allí, escuelas uni-docentes que si tenían techo, no tenían paredes y si tenían paredes no tenían agua y si tenían agua no tenían servicios, la pizarra y las bancas eran gestión de los padres, de su propio tiempo, trabajo y materiales, la educación rural en la costa, sierra y amazonia subsistió gracias a cientos o tal vez miles de héroes que tragaron polvo, aguantaron el calor, la humedad, las culebras, los alacranes, los moscos, el frio, la lluvia, el lodo, ellos dieron y compartieron todo lo que tenían, los maestros rurales.  Las expectativas de los padres del sector rural no eran mayores, querían que sus hijos aprendan a leer, escribir y las operaciones aritméticas básicas con eso bastaba para subsistir, el que quería algo mejor tenía que enviar a sus hijos a la ciudad para que reciba una mejor formación.

Han sido cuarenta años de marchar en el mismo terreno, las dictaduras de los años 70, los gobiernos de Concentración de Fuerzas Populares, los Social Cristianos, la Izquierda Democrática, los del Partido Unidad Republicana (Social Cristianos marginados), los Roldosistas, los Demócrata Populares y los de Sociedad Patriótica, a ninguno le interesó mejorar la educación, nadie hizo nada a parte de transferir los escasos fondos correspondientes según el presupuesto, todos le cedieron el manejo de la enseñanza a Movimiento Popular Democrático que dirigió la Unión Nacional de Educadores, la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador y la Federación  de Estudiantes Secundarios del Ecuador.

Esa libreta de calificaciones de antes solo era suficiente para los que sacaban buenas notas ya sea con sobresaliente, 10 sobre 10, 20 sobre 20 o 100 sobre 100, pero que pasaba con los que no obtenían una buena calificación.  La forma de llegar a esa nota era de conocimiento exclusivo del profesor, en un mismo centro educativo existían tantas fórmulas para obtenerla como maestros habían, unos calificaban trabajos en clase, deberes,  lecciones y todo es dividía para el número de notas, otros más relajados con un solo deber más la nota del examen les bastaba y para los más cómodos la nota del examen era la nota del parcial, todo lo demás no contaba,  Pero el libre albedrio era tal que de una parcial a otro el mismo profesor podía cambiar la fórmula para obtener la ansiada nota y no se enteraban del nuevo algoritmo los directores, ni siquiera los alumnos y peor los padres.  Los que tenían problemas de aprendizaje recibían la misma educación que los demás, no se atendían sus necesidades particulares ni se respetaban sus capacidades.  Al no haber cambios de fondo,  la planificación de un año a otro era la misma, el único trabajo era cambiar las fechas en las planificaciones cuando se adelantó el inicio de clases de mayo a abril.
Las cosas están cambiando, ahora si se hacen nuevas escuelas y colegios fiscales en todo el territorio nacional, se llaman Unidades Educativas del Milenio y consideran la cultura, costumbres y necesidades de cada cantón de la patria.  Cuentan con toda la infraestructura necesaria, aulas, laboratorios, mobiliario, computadoras, proyectores, pizarras táctiles, internet, comedores, canchas, casilleros y todo lo que la educación moderna demanda. Los colegios tradicionales son repotenciados remodelando completamente su parte exterior y equipándolos igual que las nuevas Unidades Educativas del Milenio, ya no hay diferencia entre las Unidades Educativas de las ciudades más grandes y las de las comunidades más pequeñas.  Y lo mejor de todo es que se construyen en solo unos meses porque no hay que contratar estudios de factibilidad, ni diseño, solo se necesita el terreno, todo lo demás está estandarizado por el número de estudiantes, los bloques de aulas son pre-fabricados y el equipamiento es el mismo en todos los casos.

Ya no son los nombres de las materias los que cambian, ya no proliferan las especializaciones, ya no se puede dar servicio de educación sin una infraestructura adecuada.  Los cambios en la planificación son de fondo, ya no se enseña por enseñar, la planificación varia de un año a otro y esto hace que el docente tenga que poner en práctica lo mismo que espera de sus estudiantes, tiene que aprender nuevos métodos, técnicas, sistemas, conceptos, debe actualizarse y así como espera de sus estudiantes el mejor esfuerzo, lo mismo espera la sociedad de nosotros, tenemos que dominar el plan anual, el plan de bloque, el plan de destrezas, los dominios, los ejes de aprendizaje, los ejes transversales, los indicadores de logro, los indicadores de aprendizaje, las rúbricas, las necesidades educativas especiales, las evaluaciones formativas, las evaluaciones sumativas, las pruebas estructuradas, evaluar trabajo individual, trabajo grupal, deberes, lecciones.  Ahora todos calificamos sobre 10, trabajamos en parciales y quimestres, aplicamos  la misma fórmula para obtener la nota de cada parcial, fórmula que conocen los estudiantes y padres, enseñamos las mismas materias en el tronco común, luego queda espacio para las particularidades de cada institución, por fin todos estamos hablando el mismo idioma del Carchi al Macara y el que quiere dejará de ser profesor para convertirse en maestro del nuevo milenio.
Sigo preguntándome ¿por qué a ninguno de los otros se le ocurrió la idea de dar una buena educación pública verdaderamente gratuita, que incluye uniformes, libros y almuerzo escolar para los más pobres y que con su propio esfuerzo y méritos salgan de la pobreza y la miseria? Será porque no le dedicaron el tiempo necesario para gobernar o porque no tuvieron la inteligencia o porque no les importó, llámese Jaime, Oswaldo, León, Rodrigo, Sixto, Abdalá, Fabián, Jamil, Gustavo, Lucio o Alfredo.