Si piensas que
siempre las oficinas del Registro Civil fueron edificios funcionales, con
asientos y aire acondicionado para que esperes de forma cómoda, con empleados
amables y bien capacitados que te atienden de manera digna y con rapidez, estas
equivocado, todo eso es nuevo y empezó en el 2007, antes de eso era otra
historia y nadie se preocupo por mejorar el servicio, peor aún por
modernizarlo.
Mi primer recuerdo
del edificio del antiguo Registro Civil es del año 1976, ubicado en la esquina
de las calles Roca y Rocafuerte, esto no es en Piedradura donde vivían los
Picapiedra, es aquí en Guayaquil, actualmente hay allí un Mi Comisariato. Era un edificio de esquinero de grandes
columnas exteriores negras muy bonitas pero escasas, con un tumbado muy alto y
ventiladores destartalados que amenazaban con decapitar a cualquier despistado,
que no había recibido cuidado alguno, las paredes despintadas y manchadas, un
flota de escritorios que navegaban en un mar de archivadores, repisas y cajones
que vomitaban carpetas y papeles que les brotaban por todos lados, y furiosos
marineros y pilotines que hacían de servidores públicos encargados de brindar
el servicio de inscripción y cedulación.
Cada año para
matricularte en la escuela o colegio te pedían una nueva Partida de Nacimiento,
no importa si seguías en el mismo colegio, igual debías presentar una
nueva. Los precavidos hacíamos el
trámite en enero o febrero para evitar las aglomeraciones porque en abril, como
me tocó hacerlo alguna vez, era un verdadero martirio, no importaba cuanto uno
madrugaba, a la hora que llegabas ya estaba media ciudad esperando en la fila y
la otra media ciudad llegaba después.

Todo esto
contrastaba con la forma en que esos mismos empleados atendían a los de la
fila, después de una hora de espera se llegaba a la ventanilla, donde cualquier
cosa servía de pretexto para decirte que algo estaba mal o que algo faltaba y
que debías hacer otra solicitud, si tenias la suerte de que te la aceptaban te
entregaban un papel para que regreses a retirarlo en 3 días.
Ni te molestes en
ir a los tres días exactos, no faltó el ingenuo que así lo hizo, se mando la
fila de una hora bajo la lluvia entre empujones de sudorosos, tosigosos y
griposos conciudadanos, no te olvides que son meses de invierno, para que el
amable empleado público solo con ver la fecha que era exactamente de hace tres
días te diga “no está, regrese mañana”.
No faltó el extremadamente ingenuo e inocente que regreso al día
siguiente. A mí ya me habían aleccionado
bien mi mamá y mis tías, expertas en
sacar partidas de nacimiento, que habían delegado la inevitable e ingrata tarea
a la nueva generación, el primogénito de cada familia, entiéndase yo que tenía
12 años y el hijo mayor de cada una de mis tías que estaban entre esa edad y
los 14 años.
La sabiduría
popular indicaba que las partidas se retiraban a los 7 días y no en la mañana
sino en la tarde, una hora antes de que cierren, de esa forma evitabas las
montoneras de gente y tener que regresar otro día.
Esta era una odisea
de todos los años y por si algún lector agudo, de pensar rápido y de buscar
eficiencia en cada cosa que hace, con inteligencia se le ocurrió la lógica idea
de sacar unas doce partidas de nacimiento de una vez para no regresar nunca más
a tan desagradable trámite, está subestimando la capacidad de diseñar trámites
engorrosos, innecesarios y denigrantes de nuestros ministros de educación,
directores provinciales, directoras de escuelas y rectores de colegios que no
iban a permitir que alguien se pase de listo y saque una docena de partidas de
nacimiento de una sola vez, porque el reglamento para matricularse en escuelas,
colegios y universidades era muy claro, Partida de Nacimiento ACTUALIZADA,
entiendes sabido, eso quiere decir que tienes que ser emitida el mismo año en
que te matriculas.

Lástima
que ninguno de los otros vio la necesidad de brindar un buen servicio a la
ciudadanía, o porque no le dedicaron el tiempo necesario para gobernar, o
porque no tuvieron la inteligencia ni el valor de hacerlo, llámese Jaime,
Oswaldo, León, Rodrigo, Sixto, Abdalá, Fabián, Jamil, Gustavo, Lucio o Alfredo.
Edificios del Registro Civil a partir del 2007 con la Revolución Ciudadana